domingo

Historia de Eli - Capítulo 17

Una brisa acarició su pelo, mientras poco a poco Hester comenzaba a recuperar la memoria. Sin embargo, su mente confusa no sabía situarse. ¿Acaso no estaba en el poblado? Entonces, ¿por qué no veía la gran humareda de la hoguera central ni olía la sopa que solía abarcar con su olor todo el pueblo? ¿Por qué no estaba Viy a su lado? Poco a poco, su cabeza fue recordando lo que había sucedido, y entonces comenzó a formularse una nueva pregunta: ¿donde estaba la señora aquella? Se intentó incorporar, pero al apoyarse con el brazo izquierdo sintío una punzada en el hombro que le obligó a recostarse. AL mirarse el hombro y ver que la ropa la tenía empapada de sangre recordó vividamente el cañón de la pistola que aquella mujer le había puesto a escasos centímetros de su piel, y derrepente en su cabeza empezó a resonar la voz de Tanya: "Insensible". Pensó que, irónicamente, que le doliera el hombro era señal de que no era insensible. Miro en derredor, en busca de la chica aquella, y recordó su frase, inmediatamente se dio cuenta: aquella debía ser la madre de Neth, y por tanto, de Tanya. ¿Se las habría llevado? Meditó la idea, al fin y al fin y al cabo no creyó que fuera tan malo entonces, Tanya estaría con su madre, en mejores condiciones que en la carroza donde la había conocido. Se acordó entonces de Elisabeth. Se impulsó con el otro brazo y se puso en pie. La cabeza le daba vueltas, debido a la pérdida de sangre, sin embargo, comenzó a inspeccionar el terreno en busca de las chicas, de las cuales no encontró ni pista. ¿Qué haría entonces?

Unas horas antes, aquella señora abrazaba a su hija pequeña mientras mandaba a Ayik el llevar aunque fuese a la fuerza con ellos. Tras apalear a Tanya hasta que la hizo cambiar de idea, la llevó cerca de donde su madre, donde recibió una bofetada.
-Sabes porqué -fue su justificación.
Tanya se limitó a mirarle a la cara. Es cierto que sabía porque, pero ella lo veía todo desde otro punto de vista.
Ayik seguía trabajando, acechando a la niña rubia, la última que faltaba. Estaba sentada, apoyada en un árbol donde había atados dos corceles, que se revolvian intentando huir de aquellas dos presencias que consideraban peligrosas. Ayik comprobó que la chica estaba distraída mirando un punto en el cielo en el cual no dejaba de fijarse. Entonces aprovechó a separarse del cuerpo, y con el alma transmitirle su cansancio, provocando que la chica comenzase a cerrar los ojos. Cuando Eli se dio cuenta de que se estaba cansando involuntariamente, susurró en una voz inaudible: "Christian, ¿eres tú?". Cuando Ayik se convenció de que estaba dormida, regresó a su cuerpo y se acercó al cuerpo de la chica dormida, cogiendola en brazos. Entonces llevó a la muchacha donde estaba la señora y sus hijas, partiendo hacia algún lugar, en el cual Hester nunca repararia.

El muchacho aún seguía intentando tomar una decision, sin saber realmente que hacer. Una vez levantado y al haber visto a los corceles que anteriormente habían usado para huir de la ciudad, se montó en el tordo y partió hacia una de las dos opciones que tenía. Pero el remordimiento le acompañaría durante su viaje, acompañado del amargo sabor de la culpabilidad.

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